El Gobierno ha reformado la tarifa regulada de la luz, el denominado precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC), con el objetivo de que esté menos vinculada al precio diario. Actualmente, la factura del mercado regulado es altamente dependiente del gas (con el que se genera parte de la electricidad), debido a factores externos como el conflicto de Ucrania, lo que ha empujado al alza el precio que pagan los consumidores.
De esta forma, la tarifa no dependerá solamente de la cotización del megavatio hora (Mwh) en el siempre mercado volátil, sino que también lo hará de los precios a largo plazo.
La nueva tarifa regulada, a la que están acogidos más de nueve millones de consumidores, lo que equivale al 34% de los usuarios domésticos, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2024, aportando más estabilidad a las facturas finales de los consumidores. Estará reservada a los suministros con hasta 10 kilovatios de potencia, por lo que, por el momento, solo podrán acogerse a esta opción las micropymes y los hogares, que deberán certificar su condición mediante una declaración responsable.
El Gobierno ha calculado que la oscilación entre las horas más caras y las más baratas se reducirán un tercio. En 2024, los hogares y las micropymes verán cómo sus tarifas pasarán de depender el 100% del mercado al contado (el precio varía cada hora), a hacerlo en un 75%. El 25% restante beberá de mercados futuros, que son más estables. Este porcentaje irá incrementándose progresivamente y pasará al 40% en 2025 y al 55% en 2026.
¿Qué se debe hacer para beneficiarse de la nueva tarifa?
Para los consumidores que tienen la tarifa en el mercado regulado, nada. La nueva tarifa se aplicará a los consumidores que hayan optado por el PVPC.
Para quienes que tengan contratada una tarifa que depende del mercado libre y quieran cambiarse, deberán contactar con las eléctricas que operan en él.